¿Alguna vez has soñado que vuelas o que vas cayendo hasta despertarte con todo el cuerpo y tus sentidos en alerta?, ¿en dónde estabas realmente?. Ese lugar de tus sueños… el allí.
El deseo del allí se manifiesta de la misma forma pero de manera consciente.
Por muchos siglos, el deseo de muchos hombres y mujeres era conocer distintos lugares, nuevas costumbres, culturas, paisajes. Los avances tecnológicos nos llevan ahora de aquí para allá y acullá, según se nos antoje. Ya no tenemos limitaciones de distancia en el globo terráqueo, podemos llegar hasta donde queramos.
Todos estos lugares (algunos comunes, en su mayoría reales) pueden rebozar la experiencia física para que nuestra mente vuele y los sentidos vivan una experiencia real del allí.
¿Dónde es el allí? una escalera de un archivo fotográfico o un laberinto de donde no puedes escapar con una realidad alternativa que te hace bajar mientras en tu consciente estas por subir. Ese es el mismo lugar, en donde los deseos, las sensaciones y emociones que provocan un solo espacio.
Allí, donde tú te encuentras o ¿dónde yo?. Desde tu mirada estoy allí, desde la mía estás. ¿Dónde estaremos cuando mueran nuestros cuerpos?, ¿dónde estuvimos ayer? Allí, en ese lugar que apenas pasa como neblina y se olvida. En donde coinciden el mayor número de individuos que vienen a ver y conocer el allá.
Una escapada al allí. Para algunos vacación, para otros una salida fácil, y algunos más que viven para viajar. No importa la razón cuando coincidimos en ciertos lugares que se vuelven comunes a donde quiera que vayamos.
Porque en ciertos puntos nos vemos sin reconocernos, estamos en el mismo lugar sin percatarnos de nosotros mismos en un espacio ajeno que se vuelve nuestro cuando allí nos encontramos.