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De 100 a 0 y volvemos a empezar…

De 100 a 0 y volvemos a empezar…

Este escrito va para todos nuestros familiares que nacen y mueren irremediablemente. Las fotografías familiares siempre han tenido una gran importancia particular y aunque no suelen ser comerciales ni se pueden viralizar con tanta facilidad como otras imágenes, siempre son tesoros gráficos de generaciones que componen muchas personas relacionadas entre sí para conformar eso que llamamos familia en nuestra sociedad.
 

El retoque fotográfico a estas imágenes implica que cuándo no estás relacionado te enfocas y fascinas en la técnica, pero cuándo curiosamente llegas a trabajar en una imagen de tu propia familia cada toque y retoque es un movimiento de recuerdos internos que te definen en la actualidad.  En este mes en mi familia hubieron dos acontecimientos: mi tía abuela Marina, la última sobreviviente de esa generación y de la que yo adopto el nombre, cumplió 100 años; en el mismo mes nacen también mis primeras sobrinas nietas, Maria y Emilia.

 

Haciendo un cálculo de años y experiencias se abre un rango de épocas y acontecimientos muy grande en donde yo estoy en medio del camino. La fotógrafa Lourdes Almeida realizó un trabajo exaltando la importancia de estas fotografías llamado Retratos de Familia en donde también resalta la diversidad cultural en nuestro país que muestran este género fotográfico y que discutieron varios autores en una revista que se llamaba Saber Ver, lo contemporaneo del arte, ¿la recuerdan?

 

En la foto que les comparto, mi tia Marina es una de las jóvenes que está en medio en la segunda fila de arriba a abajo y que ha de haber tenido aproximadamente mi edad, y mi mamá es la niña en brazos de mi abuelo que sobresale en la primera fila también de arriba a abajo. En fin, cada cara para mi tiene un nombre y se compone de varios recuerdos y vivencias que nos marcan para interactuar con los demás dentro y fuera de nuestros círculos familiares.

 

La práctica fotográfica, por su tardanza inicial para recoger la luz y pintar sus formas sobre el papel gelatinoso de plata, tenía como modelos a seres humanos ya muertos, que era lo más fácil de controlar. En la exposición de Impressed by Light que mostró la National Gallery of Art , se mostraron varios experimentos  por parte de Henry Fox Talbot y Nicolaas Henneman para fotografiar a los vivos, entre los que se inventó una estructura metálica que te sostenía desde el cuello para no moverte durante los 15 o 20 minutos que tardaba la exposición.

 

Se pusieron también de moda, al principio de la práctica fotográfica, la fotografía de “los angelitos”, que eran niños que habían muerto y que sus familiares querían el recuerdo nítido de su presencia en este mundo. En este avance de la práctica fotográfica podemos pensar que ahora facebook se ha convertido en nuestro álbum familiar más grande de vivos y muertos que cualquiera que pudo haber tenido nuestros abuelos o bisabuelos. La reflexión sería en cuanto al valor que tendrá para las siguientes generaciones una imagen familiar. La fotografía que les comparto ha pasado de generación en generación por durante más de 70 años. ¿Qué valor tendrá ahora que la digitalicé y vengo a compartirla con ustedes en una red abierta?

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